Cómo hacer besos de chocolate bastante realistas.

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¿Qué es un modelo? Una representación más o menos exacta de la realidad.  Si queremos modelizar la marca que dejan unos labios pintados con  carmín, utilizando como herramienta una galleta, y queremos cierta dosis de verosimilitud, lo primero que tenemos que hacer es estudiar la realidad a representar. Esto es,  obligar a Estíbaliz a analizar con nosotros cientos  de dibujos de marcas de labios, hasta desesperarla. (Nota de Estíbaliz: jajajajajaajajaja)

Después manos a la obra, a llenar una manga pastelera y a practicar. En las primeras pruebas, algo fallaba,  ¿la técnica? No, después volveremos a ella. Fallaba el lápiz de labios, la glasa no tiene ni una gota de grasa, jamás podrá parecer una mancha grasienta, nunca. Pero el chocolate… el chocolate sí.  Por suerte tenía un hermoso lingote de color rosa.

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Ideal para combinar con el marrón chocolate, literalmente, de mis galletas.

Para delinear los labios utilice un utensilio de cocina  muy útil para el chocolate y las salsas. (Utilicé, utensilio,útil, todos en la misma frase: ¡Ya me vale!):

El  mío, tengo que enseñároslo, es rosa.

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Una vez que tenemos delineados los labios, extendemos hacia dentro el chocolate con un pincel y listo, no necesitamos nada más. (Lo sé, lo sé, la foto no podía ser peor)

Para entender mejor lo que digo podéis ver la técnica explicada detalladamente por Amber Spiegel de SweetAbms aquí.

Bueno pues nada más, un par de besos. Miriam G.

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How to make cookies for Sheldom Cooper

Se acabaron las navidades ¡menos mal! No hay estómago que lo resista. Mis compañeros de trabajo aprovecharon una de esas copiosas comidas navideñas para arrancarme la promesa de que les haría galletas a la vuelta de vacaciones, y no puede negarme, no me llegaba sangre al cerebro, la tenía toda en el estómago.

Lo primero que se me ocurrió fue “La guerra de las galaxias” ¿A qué friki no le gusta la guerra de las galaxias? ¿Mis compañeros de trabajo son frikis? ¿Frikis? ¿He dicho Frikis? No para nada, no son frikis, que va, son informáticos.  Pero lo segundo fue que no me apetecía hacer impresión comestible, no queremos que nos encasillen en ese papel, literalmente.

Y de repente viendo un capitulo de Big Bang Theory, lo tuve claro: “Para entender la recursividad, primero hay que entender la recursividad”. Efectivamente lo habéis adivinado, me decidí por hacer unas torres de Hanói.

Así que manos a la obra. ¿Cómo hacer la base de las torres?  ¡Menudo problemón! Use distintos cortadores: bandejas, moldes de bizcocho, plantillas de papel de horno, nada. No daba con el tamaño justo y me volvía loca para acertar la posición de los palitos. Y entonces recordé algo que decía mi profesor de Control digital, el mejor modelo es de entre los más sencillos el que más se acerca a la realidad a modelizar. Tenía la solución delante. Agarré las torres de Hanói que adornan la mesa de mi compañero de despacho y me las eché al bolso. Cuando llegué a casa forré la base de papel film, y la usé como plantilla, un cuchillo muy afilado y ya tenía base.

Vamos con la segunda dificultad. Los puñeteros palitos, no había forma de sujetarlos… Se obstinaban en caerse y dejar inservible los galletones de la base. Para gran alegría de mis hijas, que se las zamparon sin preocupación ninguna.

Y me preguntaréis ¿por qué no hacías simplemente los agujeritos y luego lo pegabas con glasa marrón? Porque si había usado harina, mantequilla y huevos ecológicos, e iba a presumir de que eran sanísimas y sin gota de colorante, ¿cómo iba teñir de marrón la glasa?  Y entonces llegó Estibaliz y dijo eso que responde a tantísimas preguntas. ¿Qué te apetece? ¿Qué es lo que más te gusta? ¿De qué son las galletas preferidas de María? ¿Qué alimento te gustaría que tuviese muchísimas menos calorías? ¿Con que quieres experimentar  este año? Efectivamente lo habéis vuelto a adivinar ¡CHOCOLATE!

Para las piezas utilicé nuestras tres recetas estrella: chocolate, avellana y vainilla. Y cortadores redondos rizados:

Les encantaron. Se las comieron todas, que para eso las hice, para que se las comieran.

Un beso, Miriam G.