¡Chocolate y Champán!

Hace unos días alguien me comentó que las galletas de impresión comestible no daban trabajo. Yo le regalé una hermosa sonrisa.

El éxito está, como casi siempre, en la originalidad de la idea. Nadie te va a aplaudir si pegas una oblea de Hello Kitty en una galleta, bueno sí, la niña que las reciba y su madre,  que ya es bastante.  Volvamos a la idea, quería hacer unas galletas de cumpleaños para alguien muy especial, y durante semanas barajé distintas posibilidades, hasta que se me ocurrió: ¡Voy a hacer unas galletas de cine! y Estíbaliz añadió ¡Con tartas de cumpleaños! La idea es estupenda, pero en Google no puedes poner:  12 imágenes de actrices famosas, soplando velas, preparadas para ser colocadas en galletas de 7,5 por 5,5, bueno lo puedes poner, pero no salé nada de utilidad, al menos hasta ahora.

Una vez que has reunidas las fotos, y esto lleva varias horas,  tienes que prepararlas y agruparlas en un fichero para mandar a la impresora. Y después Estíbaliz, con paciencia infinita las imprime en pasta de azúcar que presenta una enorme facilidad al desgarro, tanto en la impresión como en el recorte. Con mucho mimo y algo de sirope Karo se pegan en las galletas, y ya por fin agarras la manga pastelera le pones una boquilla del 16 y le echas un cordoncito.

Previamente has tenido que decidir los colores: ¡Blanco y negro! Y los sabores ¡Chocolate y Champán!

Una pregunta recurrente en nuestro correo es que cómo hacemos para que nos queden unas galletas tan negras. Está claro, le echamos colorante negro, éste:

¿Mucho? No, porque partimos de la masa de chocolate que es marrón oscura, bastan unos cuantos pegotitos para que la masa quede negra como el pecado.

Otra pregunta recurrente es la receta de de las galletas de chocolate. Y contestamos con este enlace. Pero sí, estoy de acuerdo: tiene demasiados asteriscos. Así que vamos allá con la receta de Lilaloa simplificada:

· 1 Barra de mantequilla  de 250

· 300 gr. de azúcar molida en la thermomix o sin moler.

· 2 Huevos ecológicos o de corral, no son muy grandes

· 1 Una cucharadita  de vainilla

· 1 Una cucharadita  de aroma avellana, champán, almendra y si no, otra vez vainilla (¡Ojo! Son todos aromas, que a nadie se le ocurra echar champán de verdad jajaja, y si lo hace, que nos cuente su experiencia)

· Un cucharadita de sal

· 85 gramos de cacao en polvo. Yo uso Valor.

· 425 de Harina de repostería.

Mezclamos la mantequilla y azúcar, después le incorporamos los huevos, la vainilla, el aroma,  el cacao y, cuando tengamos una mezcla homogénea, la harina en tres veces. Amasamos un poco, estiramos entre dos papeles de horno y a la nevera. Sacamos. Cortamos. Horneamos ¡Listo!  Si os gustan suaves y tiernas como a mí horneáis 7 minutos a 180 º, si os gustan crujientes como a Estíbaliz, entonces 9 minutos. Tempos de mi horno, que es un tío fuerte, quizá en el vuestro necesite algo más.

Ya os he contado que estas galletas eran para alguien especial, por eso decidí darles un toque chic. Añadí a la masa y a la glasa aroma de champán. ¡Qué ricas! Apenas se nota en la galleta, sólo un toque chispeante, afrutado. En la glasa se saborea con más intensidad.

Un beso, Miriam G.

Galletas de violetas, la receta.

Se tarda exactamente lo mismo en preparar una receta despacio que deprisa. Pero si lo hacemos deprisa manchamos más y nos sale peor. Yo siempre pongo todos los ingredientes en unos  cuenquecitos de IKEA, como hacen en los programas de Canal Cocina, parece a priori que da más trabajo, pero lo ahorra.

Preparar la masa de galletas tiene una ventaja importante respecto a la decoración de las mismas, cuando los niños ayudan, ayudan, porque te hacen el trabajo mucho más divertido, no ocurre lo mismo cuando se lanzan manga pastelera en mano sobre ti con el grito de guerra «¡Mami ayuda! ¡Mami ayuda!»

Hasta no hace mucho usábamos otra receta, muy parecida, porque todas lo son, pero no ésta. Pero tras una conversación en el Rincón de Bea, me propuse mejorar la receta. Y tras varias pruebas el resultado es éste:

Esta receta es la misma que uso sustituyendo el aroma de violetas por vainilla cuando hago galletas. Pero quiero aclarar que esta es así de blanca por varios motivos:

    – El toque de vainilla, sólo necesita eso, un toque de vainilla, se lo aporta el azúcar vainillado que como todo sabéis es de color blanco.
    – Sólo lleva un huevo.
    – El aroma de violetas es transparente
    – Porque está horneada en dos fases.
    – Y porque he tomado la fotografía con la luz adecuada, con otra luz sería más dorada, como se ve en esta foto:

      Aclarado esto  volvamos a los cuenquecitos y veamos qué necesitamos poner en cada uno de ellos.

      –          Entre 150 y 175  gramos de azúcar glas.  150 si le vamos poner mucha glasa por encima. Y 175 si no le vamos a poner mucha.  Mucha gente añade harina, para conseguir que las galletas no se deformen en el horno, pero resultan más secas y harinosas, claro. Rebajar el azúcar consigue el mismo efecto y no perjudica el sabor, ni la textura, es más, equilibra la galleta.

      –          400 gramos de harina de repostería de una marca que sea bastante blanca. Bien tamizadita.

      –          225 gramos de mantequilla a temperatura ambiente. Esto es una barra menos un trocito. Por algún extraño motivo no hay forma de cuadrar la receta si le echamos la barra entera.

      –          Un par cucharaditas de azúcar vainillado.

      –          Una cucharadita de sal.

      –          Una cucharadita de aroma de violetas.

      Yo preparo la masa con la thermo, pero si alguien quiere regalarme una Kitchen Aid, la acepto y reescribo esta entrada.

      Pongo la mantequilla, el azúcar, la sal, el azúcar vainillado en el vaso y mezclo, sólo mezclar para no añadir aire a los ingredientes.  Añado el huevo y el aroma de violetas y vuelto a mezclar. Cuando tengo una especie de crema uniforme, añado la harina en dos o tres veces. Saco del vaso y amaso un rato.

      Y aunque siempre tengo la tentación de hacerlo, no estiro la masa, la meto en la nevera y espero a que este fría y la estiro después, con gran esfuerzo, entre dos hojas de papel de horno. Y vuelta a la nevera. Pasadas al menos 4 o 5 horas corto las galletas y a la nevera otro rato.

      Enciendo el horno, lo pongo a 200 grados, espero 10 minutos, lo bajo a 190, meto las galletas, bien separadas y no demasiado cerca de los bordes de la bandeja.  Las horneo unos 7 minutos, las saco justo antes de que los bordes empiecen a dorarse. Y repito la operación con todas las galletas.

      Hasta aquí todo normal, hemos conseguido un montón de galletas muy blancas y para que engañarnos, un poco crudas, para las fotos muy bien, pero para comérselas, no tanto.

      Apagamos el horno, esperamos un poco, y metemos todas las galletas,  en dos bandejas,  ya no importa que estén cerca las unas de las otras. El horno, repito caliente, pero apagado. Las dejamos dentro unos 20 minutos.

      ¡Y voila! ¡MAGIA! Se ponen crujientitas pero siguen blancas, moradas, naranjas o verdes…

      No os voy a engañar, no es fácil obtener buenos resultados a la primera, hay que conocer muy bien tu horno y estar muy pendiente de él.

      En la próxima entrada os daré algún consejo más para obtener colores rutilantes para vuestras galletas.

      Un beso,

      Miriam G.

      Spain in the Summertime (Decorando con niñas)

      El mejor cumpleaños del verano siempre es el de Gonzalo, con diferencia.   Ayer nos lo pasamos en grande, los niños y los padres.

      Mis dos hijas quieren mucho a Gonzalo, así que esta vez las galletas las hemos hecho entre las tres y el tema no admitía discusión, querían echar una mano, y me la echaron.

      Del diseño original las galletas conservan los toros, Gonzalo los adora, y  los colores. No me puedo quejar, de las treinta galletas proyectadas 22 acabaron en la caja. Estoy muy orgullosa de mis niñas.

      Cuando leo a esas grandes galleteras que relatan cómo sus madres y abuelas siempre tenían el horno encendido y las cocinas llenas de galletas decoradas secándose me consuelo pensando que mis niñas podrán decir lo mismo.

      María tiene poco más de dos años y medio y mirad lo que es capaz de hacer. ¿A que no está nada mal? Eso sí, más de 4 ó 5 seguidas mamá no la dejaba.

      Os dejo una preciosa canción, Spain in the summertime. No os perdáis en el tercer verso el “You are no toreador!” Y el resultado final de las galletas.

      La mitad de MEUG, es decir servidora se va unos días de vacaciones. Dejo a Estíbaliz al mando (¡horror!).

      Un beso, Miriam G.

      No prepares glasa con humedad ambiental y otros 10 errores a evitar

      Llevaba meses queriendo hacer galletas para mis dos preciosos sobrinos, niño y niña, viven en Madrid. La semana pasada me lo marqué como objetivo único y excluyente, hacer un buen montón de galletas, muy sabrosas, y con dibujitos animados, y ninguna galleta más hasta que no terminase ésas.

      Problema número 1: la masa. Tuve que hornear dos veces las galletas, porque como todos sabemos “festina lente”, y por no esperar a que la masa estuviese lo suficientemente fría antes de estirarlas, me salieron burbujas en la mitad de la galletas. Solucionado, me las he comido.

      Problema número 2 (y gordo): la glasa. ¿No os ha pasado alguna vez que después de 100 mayonesas perfectas, una mañana se os corta una vez tras otra? A mí no. Nunca. Y con la glasa tampoco: siempre dura como una piedra al secarse… hasta la semana pasada. Entre viernes y sábado preparé glasa 4 veces y, siempre parecía ir todo bien, las dos primeras veces incluso las teñí de varios colores. Pero con el paso de las horas en lugar de endurecerse adquiría un aspecto ligeramente poroso y al presionar con mi dedo se hacía polvo. Siempre que hago glasa cojo una boquilla del 16 y echo sobre un papel de horno una tirita, al cabo de un rato largo se endurece de tal manera que cuesta romperla, y si se rompe se hace trozos en vez de convertirse en polvo.  Este es el aspecto (consistente) que tiene que tener:

      Los que vivís en Málaga sabéis el tiempo que tuvimos el fin de semana: levante y una humedad que se cortaba. Pero en Málaga no ocurre como en Mary Poppins, donde se canta “Viento del este y niebla gris, anuncian que viene, lo que ha de venir” y entonces llegaba una bruja buena, Mary Poppins. Aquí (Málaga) llega una bruja mala que te arruina la glasa con una facilidad misteriosa.

      El domingo a media tarde cambió el viento, entró poniente que se llevó la humedad ambiental (¡Desde mi terraza creo que podía ver hasta Fuengirola!) Los colores del horizonte eran otra vez brillantes, como patrocinados por la gama “electric” de Americolor. Con poniente y sin humedad la glasa me salió perfecta.  Conclusión, nunca hagas glasa si el viento no es favorable ja, ja, ja.

      Aquí os dejo otras 10 cosas que intentamos evitar:

      •    No te comas la masa cruda:  engorda
      •    No te comas la masa horneada:  no te engañes, sigue engordando
      •    No te comas la glasa:  sí, no lleva grasa, pero también engorda.
      •    No tires la glasa que te sobra, puedes hacer rosas o centros para margaritas, por ejemplo.
      •    No hagas nunca las galletas justas:  siempre se rompe alguna, o la estropeas, o tu hija te la quita.
      •    No dejes nunca las galletas al lado cerca de algo que se pueda derramar, porque se derramará, y lo hará sobre ellas.
      •    No te inclines sobre las galletas cuando las estés decorando (ya sé que estás cansada) pero las líneas y tu espalda saldrán perjudicadas. (Elevate your work)
      •    No le añadas agua a la glasa sino es con un flis-flis.
      •    No te pases añadiendo colorante, los tonos suben, para cuando las burbujas de aire lleguen la superficie, tendrás un tono o dos por encima del original.
      •    No uses una manga pastelera 4 horas después de haberla llenado. El agua se habrá separado y te arruinará la galleta. Sácala, remuévela y vuelve a esperar a que suban las burbujas. Parece un rollo, pero no lo es tanto con este método.

      Para acabar os recomendamos una lectura similar a ésta, pero de mucha mayor utilidad: 10 Keys to Cookie Decorating Success {Or 10 Mistakes to Avoid}

      Casi no las pongo, estas son las galletas que van camino de Madrid: